jueves, 24 de noviembre de 2011

Ensayo "Elitismo y utopía en la enseñanza, el aprendizaje y la educación"

Elitismo y utopía en la enseñanza, el aprendizaje y la educación.
El objetivo último del aprendizaje, es que el individuo sea más eficaz de adaptarse a nuevas circunstancias bio-psico-sociales, sin embargo, vemos que es un producto que se distingue en tipos donde se ponen en juego desde la herencia y los procesos psicológicos básicos hasta el rendimiento y la influencia ambiental, se mide en niveles, pretendiendo la objetividad en números que califican y ambivalentemente descalifican. Pero antes, es preciso saber de dónde proviene el aprendizaje, y para ello, es necesario hacer referencia a la enseñanza, la cual, en México, desde los escritos de Fray Diego de Landa (S. XVI) (Escalante, 1985),  hasta nuestros días, aun se sigue dando dentro de la idea en el que el maestro  impone-muestra al alumno la información de cierta temática más que de ser una guía-ayuda para la adquisición de conocimiento y por ende aprendizaje, claro está, que no todos tiene la posibilidad de adquirir por medio de ésta vía el conocimiento y ni hablar de que sea a través de un espacio optimo para el proceso enseñanza-aprendizaje, simplemente, desde la escolaridad en el porfiriato, donde solo existian 41 matriculados por cada mil habitantes, personas cuyos status quo eran por arriba de la media poblacional y que hasta ahora, en nuestros días, la utopía de homogenizar la educación sigue vigente, y se ve atada a la transformación de la economía política (Martínez, 2005).
La educación se define como un proceso exclusivamente humano, donde por medio de la comunicación se permite la reconstrucción y reorganización de la experiencia con el objetivo de capacita al individuo para la vida humana y progresivamente para la sociedad, donde no solo se ven el hecho de mostrar o enseñar un aprendizaje, antes bien, pretende toda una complejidad de aprendizaje respecto a la plenitud de las personas, es aquí, cuando la buena educación, es en esencia una respuesta a muchos problemas nacionales, ante situaciones como el embarazo en adolescentes, la agresión física, psíquica y social a menores, mujeres y ancianos, alcoholismo, inequidad de género en la presencia de  datos como que solo 7% de la población femenina ingresa a la educación superior, la situación de inseguridad social del narcotráfico y la trata de personas… (García, 2010).
En México desde 1971, fue significativo el inicio de un cambio de programas y métodos de educación integral, sin embargo los padres de familia, en el intento de conservar una educación tradicional, organizaron quemas públicas de los libros de la SEP en 1975 (Martínez, 2005); en el 2006, el senado aprobó que en todos los niveles y grados de educación básica se imparta la educación integral y de esta forma se ponga en práctica las reformas a la ley general de educación y para la protección de los derechos de niños y niñas, y por ende si fuese aplicado realmente se acabarían muchos de los problemas, y sin embargo no todas las y los profesores, ni madres y padres de familia cuentan con las herramientas para brindar asertivamente una educación. Por ello es esencial “educar para educar” (García, 2010) es decir; lo ideal sería educar a personas aptas y dispuestas para la educación de futuras generaciones (no solo maestros, si no padres de familia), sin embargo, las situaciones es evidente, cuando digo que esto es ideal, y por ello, es necesario trabajar con lo que se tiene y tratar de sacarle el mejor provecho, en vez de seguir en los lares de la idealización.

Bibliografía.
Martínez J (2005), “La educación en la historia de México”, el colegio de México, D.F.
Escalante P (1985), “Educación e ideología en el México antiguo”, el caballito SEP, D.F.
García G (2010), “Educar para educar”, 12 editorial A.C., D.F.

No hay comentarios:

Publicar un comentario